El
Islam Durante La Edad Media
La época occidental de la Edad
Media se identifica por estar
comprendida entre los siglos V a XV en un lugar donde el Imperio Romano y
luego el Imperio Bizantino debían lidiar con diferentes culturas,
ideologías y teorías científicas tales como la cristiana, pagana, judía e
islámica.
En
el caso del islam, una religión monoteísta brahmánica basada en el Corán,
libro que establece las normas de Alá (Dios) transmitidas por Mahoma, el último
mensajero de Dios, la naturaleza es parte del islam, la humanidad y el mundo,
por ello, es que existe la búsqueda del conocimiento científico o ciencias
islámicas respetada por las civilizaciones hasta el término de la época
medieval.
El
mundo árabe destacaba desde la antigüedad por sus grandes construcciones
arquitectónicas desde mezquitas, palacios, fortalezas y bibliotecas fusionadas
con un arte decorativo multiforme que abarcaba las diferentes técnicas como la
cerámica, el cobre, vidrio, madera, tapices, tejidos y caligrafía. Sin embargo,
la economía, la filosofía, ciencias y tecnología no fue desarrollado hasta al
final de esta etapa histórica, es decir, a partir del siglo XI llamada la Edad
de Oro del Islam.
Tras
la epidemia que le dio la muerte al profeta Mahoma o mensajero de Alá un 8 de
junio del año 632 a sus 63 años, los musulmanes se dedicaron a las ciencias
traduciendo la totalidad del saber constituido de la época en la lengua árabe.
A su vez, fundaron bibliotecas donde sabios se internaron en el mundo de las
ciencias durante tres siglos y medios y luego retomándola ya en el siglo XX.
Científicos y pensantes de la Edad Media
A partir del siglo VII, los
árabes fueron discípulos directos de los griegos y alejandrinos de escuelas
sirias. Ocupando durante varios años entre éstos, árabes, turcos, afganos y
persas ocuparon el primer lugar en el mundo de las ciencias, en calidad de químicos,
algebristas, médicos, geógrafos, matemáticos, físicos y astrónomos de la
comunidad musulmana.
Pero
fue en el año 1000, cuando llegó la Edad de Oro, que la ciencia en el mundo
islámico fue potenciada por los principales científico (Almacén.
Algunos consideran que fueron los musulmanes, los principales fundadores de la
ciencia moderna por sus métodos empíricos y experimentales que dan cuenta de
una “Revolución Científica Musulmana”
Grandes científicos de la Edad Media
Almacén fue
un gran referente para la época como pionero de la física experimental, quien
enunció la teoría de un rayo de luz al pasar a través de un medio homogéneo,
toma el camino más fácil y rápido. Una teoría que sería desarrollada en el
siglo XVII por Pierre de Fermat. Además formuló la ley de la inercia que sería
la primera ley del movimiento por Isaac Newton:
“Todo
cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no
ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.”
Describió
el proceso de refracción en términos mecánicos con partículas de luz que
atraviesan la superficie de separación entre dos medios conforme a la ley
rectangular de las fuerzas.
Al-Biruni,
por su parte, escribió más de 150 obras sobre la ciencia siendo capaz de
calcular la latitud de Kath, estudios de la cronología, astrolabios, sistema
decimal y el radio de la esfera terrestre dejando en evidencia la errónea
creencia medieval de una tierra plana. Se destacó más bien por haber traducido
muchos libros de teorías y ciencias convirtiéndolo en un gran enciclopedista.
La expiración de la creación científica en el mundo
islámico
No
existe una certeza respecto al término de los descubrimientos científicos
islámicos pero se deduce que existieron causas internas.
El
aislamiento de la empresa científica, el desánimo por la innovación y a finales
del siglo XI y comienzos del XII, se generaron violentos conflictos religiosos un gran teólogo, filósofo y místico del Islam,
compuso “Al-Muna-id min al-Dalla” traducido como “El
que libra del error” donde declaraba
“En
verdad, es un crimen doloroso que comete contra la religión el hombre que se
imagina que la defensa del Islam pasa por el rechazo de las ciencias matemáticas,
pues no hay nada en la verdad revelada que se oponga a estas ciencias, ya sea
por la negación o afirmación, como nada hay en estas ciencias que se oponga a
la verdad de la religión.”
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