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jueves, 23 de mayo de 2019




Nuevo Imperio

Con el nombre de Imperio Nuevo se conoce al periodo histórico que comienza con la reunificación de Egipto bajo Amosis I (c. 1550 a. C.) y que termina hacia el 1070 a. C. con la llegada al trono de los soberanos de origen libio. Lo componen las dinastías XVIIIXIX y XX. Transcurre entre el Segundo periodo intermedio, y el Tercer periodo intermedio. Las dos últimas dinastías, XIX y XX, se agrupan bajo el título de Período Ramésida.
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Ahmose I (1550-1525 a. C.), a pesar de ser descendiente directo de los gobernantes de la XVII dinastía tebana, es considerado el primer soberano de la dinastía XVIII porque era el unificador de Egipto. Este rey prosiguió su actividad militar en Asia, al poco tiempo tomó la ciudad de Sharuhen (en la actual franja de Gaza). Esta región tenía gran importancia geopolítica y económica, ya que controlaba el principal paso de Egipto hacia el norte, en la franja costera. Es muy probable que las primeras campañas asiáticas de Ahmose estén relacionadas con las operaciones militares contra los hicsos, las ciudades del Canaán meridional parece ser que estaban en el área de influencia de Avaris.

Las guerras contra los hicsos y en Asia permitieron la formación de un ejército organizado y veterano. La mayor ocupación de los primeros reyes de la dinastía XVIII fue continuar la obra de Ahmose, es decir, lograr la imposición militar tanto en Nubia como en el Levante, como en el caso de su hijo, Amenhotep o Amenofis I (1524-1504 a. C.), que extendió la frontera más allá de los límites del reinado anterior. El sucesor de Amenhotep, Thutmose o Tutmosis I (1504-1492), realizó importantes incursiones sobre Canaán y Siria, llegando hasta el Éufrates.

Economía


Trabajadores egipcios. Pintura en una tumba Tebana.
Las campañas militares, además de proveer gran cantidad de tributos, posibilitaban la expansión económica. Las explotaciones mineras eran organizadas directamente por el gobierno faraónico y protegidas mediante presencia militar. Entre ellas destacan:
  • De oro, piedra y diorita (utilizada esta última para la elaboración de esculturas) de Nubia. El gobernador egipcio de Nubia poseía el título de "supervisor de las minas de oro de Amón".
  • De cobre y de piedras preciosas (turquesa) del Sinaí.
  • De oro, pórfido y alabastro en el desierto Oriental.
Es interesante la elección de los "dioses protectores" de las explotaciones mineras: Amón, muy popular en Nubia, de las de oro de dicho país, y Hathor de las de turquesa del Sinaí. La riqueza minera era monopolizada por el gobierno, que la utilizaba para la construcción y reparación de edificios públicos, especialmente templos, palacios y necrópolis, de modo destacado en Tebas. Era común sepultar a los reyes y los miembros de la familia real en la capital, así es como la necrópolis real se situó frente a Karnak, a la altura de Tebas, pero en la margen occidental del Nilo, o sea, la opuesta.
Estaba en auge el comercio a gran escala, con Asia o con otros puntos del Mediterráneo Oriental que, por otra parte, no se había interrumpido en ningún momento ante la presencia hicsa en el delta durante el Período Intermedio. Hay pruebas de que el comercio a través del mar Rojo y el océano Índico alcanzó gran desarrollo. Las fuentes egipcias mencionan intercambios con Punt (identificado en la actual Somalia), y se hallaron objetos egipcios de la dinastía XVIII en la región ecuatorial de África oriental que, si no significa el alcance de las expediciones comerciales egipcias, atestigua el desarrollo comercial de los pueblos de la cuenca del Índico.

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